lunes, 5 de octubre de 2009

La divina locura de Salvador Dali (Genialidad)



click en la musica: Dali Remix (le poisson)


Dali es su propia creación, a continuación una melange de fotos del museo Dali y algunas de sus obras y algo sobre su genial y amadisima locura que particularmente a mi me fascina.












El público londinense esperaba ansioso en el auditorio la aparición del genio más loco y el loco más genial. De pronto, ante la abigarrada y sorprendida multitud lista para escuchar a un pintor hablar sobre el surrealismo; aparece un personaje vestido con traje de buzo, con todo y escafandra, tanque y aletas. Ahí estaba Salvador Dalí, listo, según sus propias palabras, para sumergirse en las profundidades del inconsciente de la mente humana



Ese era el hombre que a los seis años quería ser cocinero, a los siete ambicionaba ser Napoleón y que finalmente terminó por definirse como el mayor genio de todos los tiempos. Dalí fue mucho más que un pintor, fue un sueño de la aventura y la creatividad humana.



Salvador Dalí nació dos veces, la primera sólo sobrevivió 7 años y murió de meningitis en 1901; seguramente ese niño no merecía ser Salvador Dalí. En 1904, nace en Figueras, y se le da el mismo nombre que su hermano menor muerto 3 años antes; así comenzaron los fenómenos irregulares en la vida del genio, que durante años llevó flores a una tumba con su nombre.



De los dos mundos a los que nos enfrentamos todos los mortales; el real y el onírico, Dalí prefirió vivir en el segundo y hacerlo el único de su existencia. Dalí superaba a la realidad y la transformaba a su antojo ante el escándalo de casi todos sus contemporáneos. Sus pinturas no son otra cosa que la manifestación de sus sueños, una puerta abierta a su inconsciente a través de la cual podemos conocer sus sueños, temores, deseos, traumas o complejos.



Pero la vida lúdica y onírica de Dalí salió más allá de sus pinturas. Como pintor fue famoso desde temprana edad; en 1919, con sólo 15 años, se lleva a cabo su primera exposición en el teatro de Figueras, donde con el paso del tiempo se construiría su museo. En 1929 tuvo la fortuna de conocer a otro grupo de locos que preferían vivir en la irracionalidad del mundo del inconsciente y llevarlo al mundo real: el grupo surrealista.



El grupo exigía a sus miembros renunciar públicamente a su pasado, amigos y familia, lo que Dalí hizo artísticamente al pintar un cuadro con la forma de un sagrado corazón sobre el que escribió: “Yo escupo sobre mi madre”; lo que evidentemente le ganó la aceptación del grupo y el rechazo absoluto de su familia al mismo tiempo.



El ya de por si excéntrico Dalí adolescente, había ingresado desde 1921 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Y como sabiamente se dice que Dios los hace y ellos se juntan; en la residencia estudiantil entabló amistad con García Lorca, Luis Buñuel, Moreno Villa y toda una serie de personajes en toda la extensión de la palabra.



Debido a su poco apego a las reglas, y a sus excentricidades, fue expulsado de San Fernando, readmitido y vuelto a expulsar; para entonces ya había expuesto en le galería Dalmau y la crítica se había desvivido en elogios para el pintor de entonces 21 años.



En sus viajes a París estrecha la amistad con Buñuel, con quien filma “El perro andaluz”, un reflejo de lo más profundo y oscuro del inconsciente de ambos personajes. También conoce a Picasso, a Gala, su futura esposa, a André Bretón y a Renne Magritte.



Para 1933, con solo 28 años, es ya un pintor de gran renombre, ha expuesto en Nueva York y en París, su fama trasciende fronteras y es expulsado por el movimiento surrealista, a quienes simplemente responde: “No pueden expulsarme; el surrealismo soy yo”.



Pero decíamos que su mundo lúdico-onírico fue más allá de los lienzos y los libros, Dalí fue en si mismo una obra de arte de carácter mundial, su sola presencia podía escandalizar más que su obra, y por supuesto, disfrutaba del escándalo. Así como apareció de buzo ante el público londinense, disfrutaba paseándose con ropas llamativas, sin combinaciones, con unas largas y según dicen horrorosas patillas, sus trajes a cuadros fuera de todo buen gusto y desde luego, su inefable bigote multiforme.



Vive durante varios años en Nueva York entre las décadas de los treinta y los cuarenta, y también escandaliza a la sociedad americana; no sólo con su presencia, sino con sus diseños de ropa, joyas, muebles, y sobre todo, de escaparates comerciales, que incluían elementos de sus sueños, desde amebas hasta tetas y falos. Nada de esto impidió que más adelante, en 1966, la Galería de Arte Moderno de Nueva York, le dedicara la más importante retrospectiva a un pintor vivo.



El logro más importante de Salvador Dalí, quien además de genio pintor lo era también del marketing, fue convencer a todos de que estaba realmente loco. Una de sus mejores obras fue la imagen que daba de si mismo a la sociedad, que lo admiraba con una paradójica relación de aceptación y rechazo.



Él mismo declaraba: "El payaso no soy yo sino esta sociedad monstruosamente cínica y tan puerilmente inconsciente, que juega al juego de la seriedad para disimular su locura. No lo repetiré bastante: yo no estoy loco. Mi lucidez ha alcanzado un nivel de calidad y de concentración que no existe en este siglo ninguna otra personalidad más heroica y más prodigiosa; excluyendo a Nietzsche no se encuentra un equivalente en los otros. Mi pintura es testimonio de ello".



Pero Dalí jugaba, si de algo podemos estar seguros es que su vida fue un juego, y muy divertido; desde luego que no veía a los demás mortales como sus iguales, y se divertía manipulando sus emociones.



A la vez que declaraba no estar loco, se comportaba deliberadamente como tal; fingía locura y paranoia. Disfrutaba de escandalizar a las buenas conciencias de la sociedad al elucubrar públicamente sobre sus obsesiones sexuales, una supuesta homosexualidad, aparente impotencia y desviaciones tan terribles como la copofragia.



Dalí era una ameba, fue muchas cosas, pero ante todo, era una ameba. Dentro de todos los elementos de sus sueños bizarros que incluía en sus pinturas, entre ellos cualquier cantidad de formas con motivos sexuales, el genio se pintó a si mismo en más de una ocasión, como una ameba.



En su famosa obra de los relojes blandos, “La persistencia de la memoria”, el pintor plasma todo su mundo onírico. La pintura está ambientada en los acantilados de Gerona, donde encontramos los tres relojes desparramados (tema recurrente en toda su obra); un reloj cubierto por hormigas, que para Dalí significaban la putrefacción y la podredumbre, hay una mosca sobre un reloj, una rama muerta, y como soporte de los relojes, una figura con pestañas y nariz que es el propio Dalí, en su faceta de ameba, durmiendo. En el sueño las formas se confunden y la memoria de nuestras vivencias y recuerdos pervive por encima del tiempo.



Una noche de 1929 Dalí se masturba; Gala ha salido al cine y el pintor se excita tanto ante su recuerdo que sólo encuentra esta forma de desahogo. Una vez liberadas las tensiones sexuales provocadas por las visiones de su amada, procede a pintar un cuadro para inmortalizar el momento. De ahí surge “El gran masturbador”, donde la figura central del retrato es nuevamente Dalí (como gran masturbador), una vez más en su faceta de ameba, con grandes pestañas y durmiendo



De él surge una hermosa mujer cuya boca se acerca a unos atributos sexuales masculinos. Al lado de la mujer hay un lirio que representa la pureza, ya que para Dalí la masturbación era la relación sexual más pura. Además aparece un saltamontes, animal que le provocaba pavor, hormigas, un león representando el deseo sexual y demás elementos provenientes de las profundidades de su mente.



De acuerdo con Freud y su interpretación de los sueños; En esta obra encontramos las obsesiones persistentes en la vida del pintor, como el sexo, la muerte, el amor, el tiempo y la opresión de la moral tradicional.



Pero la sociedad quedaba al final más admirada que escandalizada por el gran genio; de hecho, el escándalo fue parte de su éxito. Para 1974 se inaugura el Museo Dalí de Figueras; el segundo en su haber, ya que en 1971 se había terminado el primero en Ohio.



En 1979 cumple 75 años y se le celebran con una gran retrospectiva en el centro Pompidou de París, al que asiste ya como miembro de la Academia Francesa de las Bellas Artes. Será uno de sus últimos eventos públicos antes de caer víctima de una mezcla de locura, enfermedad y depresión que comienza con la muerte de Gala, el 10 de octubre de 1982.



El vínculo con Gala iba más allá de lo humano, y Salvador no pudo soportar la ruptura; a partir de 1982 simplemente se dedicó a morir. Permaneció casi todo el tiempo en su castillo medieval de Púbol, de donde fue nombrado Marqués por el rey Juan Carlos I. En 1983 creó la Fundación Gala-Salvador y sacó a la venta su perfume Dalí. El ansia creadora peleaba aún contra el ansia de la muerte.



La segunda fue la que terminó por vencer, sobre todo a raíz de que en 1984, Salvador sufriera de graves quemaduras al incendiarse las sábanas en que dormía. Aún así, la obsesión por el escándalo le ganaba ocasionalmente, y en 1986 aceptó ser fotografiado por la revista Vanity, con una cruz y el tubo nasal con que lo alimentaron por 4 años.



Después de eso sólo se postró a esperar a la muerte, que se negó a llevárselo por mucho tiempo, hasta que finalmente le concedió el honor el 24 de enero de 1989 a las 10:15 de la mañana, cuando una insuficiencia cardiaca provocó que el genio expirara su último aliento.



Murió a los 84 años de edad, siendo considerado el icono del surrealismo. Reposa en la cripta de su "Teatro-Museo" de Figueras, el museo más visitado de España después del Prado. En su testamento (que no fue impugnado por locura) cedió el conjunto de sus bienes y de su obra al estado Español.



Fue un genio para todos, loco para muchos, excéntrico por aceptación popular, escandaloso, irreverente, el tormento de las buenas conciencias, la mente más lúcida de todos los tiempos según sus propias palabras, pintor excelso y sublime que llevó al lienzo el mundo de sus sueños; fue un virtuoso del arte, pero a pesar de ello; Salvador Dalí tardó 84 años en elaborar su máxima obra de arte y su más irreverente sueño: su propia vida.

Puntos de recuerdos

1974 verano:
en uno de los cafés de la Rambla de Figueres. Es mediodía y no hay casi nadie: un par de lugareños, un jovencito barcelonés que ha hecho un alto en el camino hacia Cadaqués..., y Salvador Dalí, acompañado de su secretario, a la sazón Enric Sabater. El pintor lleva su emblemática barretina roja, sus zapatillas de cordones y su barroco bastón, pero, por lo demás, nadie diría que es el Dalí que escandaliza a dos continentes con sus excentricidades. Se está tomando un café y un agua y habla en voz baja y mesurada, con gesto serio, como quien está tratando asuntos que no se prestan a demasiadas bromas.

El Espectàculo:

Dalí hace caso omiso de todos los presentes, como si considerase que no son merecedores de brindarles un espectáculo. Al cabo de un momento, aparece frente al café una furgoneta de televisión y el panorama cambia por completo. Dalí parece repentinamente poseído por un extraño frenesí. Sus pupilas se dilatan, su rostro se contrae, el bastón se convierte en un metafórico florete con el cual hace fintas a un adversario invisible. Su voz, hasta hace un momento inaudible, aumenta de volumen y se hace sincopada y llena de eses silbantes. El pintor se lanza a un discurso "cósssmico" en el que, naturalmente, aparecerá su teoría de que la estación de Perpiñán "esss el ssssentro del universso". Los del equipo de televisión están encantados. Dalí les está ofreciendo lo que han venido a buscar: fotogenia, citas citables, excentricidad y un punto de sinrazón. Responde por completo a su fama de loco genial o de genio loco, que tanto da.

Diez minutos más tarde, cuando las cámaras y los micrófonos ya no están, Dalí se relaja, esboza una media sonrisita y vuelve a ser el apacible figuerense que toma un café en un bar de su ciudad natal. El jovencito barcelonés que ha sido fortuito testigo de la escena, y que dentro de poco comenzará sus estudios de periodismo, reflexiona divertido sobre lo que acaba de ver, sin sospechar que ése ha sido tan sólo el primer atisbo de la falsa locura, concienzudamente interpretada, de Salvador Dalí.

¿Estaba loco Dalí? La pregunta ha persistido hasta ahora, cuando se cumplen diez años del fallecimiento del artista, pero, en realidad, ha sido siempre una no-pregunta. Para emplear una paráfrasis de una de las ironías dalinianas más certeras y conocidas, es como si el pintor hubiese afirmado "Picasso está loco. Yo tampoco". La supuesta locura de Salvador Dalí era en realidad una habilísima forma de apoyar la imagen de marca que le mantuvo durante décadas en el candelero del mundo del arte y de la escena de la alta sociedad internacional.

Excentico:

Era, a todas luces, una locura controlada, porque Dalí podía abandonarse a todo tipo de excentricidades o desvaríos verbales, pero jamás perdió el norte a la hora de vender sus cuadros o de conseguir la atención y el favor de los mecenas y los poderosos. Un ejemplo emblemático de esa habilidad para la autopromoción y las relaciones públicas en la que Dalí fue maestro décadas antes que artistas famosos por ella, como Andy Warhol, fue su primera visita a Nueva York, adonde llegó por vía marítima el 14 de noviembre de 1934. Le precedía la repercusión de sus obras en diversas exposiciones en la ciudad de los rascacielos. Gracias a ella y, sobre todo, a su amistad con la multimillonaria Caresse Crosby, The New York Times publicó una entrevista con el pintor español al día siguiente. Para la ocasión, Dalí se rodeó de una escenografía indudablemente provocadora. Recibió al periodista tocado con un gorro frigio del que pendía una pequeña lámpara y sentado sobre una balanza que había hecho colocar sobre una mesa. Sobre la repisa de la chimenea de la habitación, puso varias barras de pan de dos metros de longitud y una gran bandera de color azul sobre la que había pintado en color negro una calavera, una llave, una hoja de árbol, un zapato de mujer y la palabra "Dalí" en grandes letras. La escenografía era enloquecidamente surrealista, pero Dalí sabía perfectamente lo que significaba producir buena impresión en el Times, de modo que mostró con toda seriedad sus cuadros al entrevistador y respondió a sus preguntas no ya con coherencia, sino incluso con brillantez. Por ejemplo, acerca del surrealismo dijo que "como los sueños, nos libera de las convenciones. Lo que Freud ha explicado con conceptos y palabras, el surrealismo lo explica a través de imágenes liberadas de la convención de la razón".

Exhibicionista? o burlòn? Salvador Dalí fue su gran propio Dali y un gran exhibicionista. Si su egolatría era totalmente verídica -él mismo confesó que, aparte de a sí mismo, sólo amaba a su esposa Gala y al dinero-, su exhibicionismo formaba parte de una fachada pública que dedicó toda una vida a cultivar con mimo. Un auténtico enajenado no hubiera tenido nunca el sentido de la oportunidad que Dalí, influido y espoleado por el materialismo de Gala, desplegó en todo momento. Por ejemplo, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando toda Norteamérica se hallaba fascinada por la energía atómica, Dalí, que había pintado hacía poco su Leda Atómica, realizó una gira por distintas ciudades de Estados Unidos en la que dio conferencias sobre "la mística de la energía nuclear" a mil dólares por aparición y con todos los gastos pagados.

Por la misma época, cuando quiso volver a su país tras casi diez años de ausencia, alguien le dijo que para residir sin problemas en la España de Franco le sería muy útil realizar una profesión de fe católica. En 1949, Gala y él fueron recibidos por el Papa Pío XII, al que regalaron una de las dos telas dalinianas sobre el tema de La Madonna de Port Lligat, una imagen de Gala trasmutada en virgen, inspirada en el cuadro de Piero della Francesca La virgen y el niño con ángeles y santos.

Su Matrimonio:
En la misma audiencia, los Dalí solicitaron del Pontífice permiso para casarse por la Iglesia, algo muy difícil en esos tiempos, pues Paul Eluard, el primer marido de Gala, estaba todavía vivo y no había causa viable de nulidad.

Sin embargo, de alguna manera, el pintor y su musa conseguirían su propósito: el 8 de agosto de 1958, Gala y Dalí contrajeron matrimonio canónico en el santuario gerundense de la Mare de Déu dels Àngels. Los buenos oficios del régimen franquista y los contactos vaticanos del entonces secretario del pintor, el capitán John Peter Moore, dieron por fin el resultado apetecido. El amor de Gala y Dalí, caracterizado por una total dependencia, ha dado también lugar a especulaciones sobre la cordura del pintor, pero la rareza de sus vínculos no significa que éstos estuvieran al margen de la razón. Una anécdota reveladora demuestra que Dalí no perdía la cabeza ni siquiera por Gala. Al recibir en París la visita del científico checo Dennis Gabor, inventor de la técnica holográfica, Dalí le dijo: "Me gustaría hacer un holograma de Gala, romperlo en mil pedazos y comérmelo para sentirme lleno de ella, como en la comunión". "No le aconsejo que lo haga", respondió Gabor, "pues la emulsión que se utiliza para hacer hologramas es altamente tóxica". Dalí cambió de conversación rápidamente.

Hay dos periodos de la vida del pintor en los que puede hablarse de fuerte depresión o de apatía existencial, ya que no de locura. El primero corresponde a finales de los años 70 e inicios de los 80, cuando tanto Dalí como Gala experimentaron un súbito envejecimiento, al que se añadió un ataque de miedo a ser secuestrados después de recibir amenazas tras la muerte de Franco.

Por entonces, tanto Gala como Salvador Dalí tenían también un miedo tan cerval como infundado a quedarse en la miseria. Comenzaron los rumores: Dalí ya no pintaba, tenía el mal de Párkinson, estaba semiparalizado... Esa fase terminó en agosto de 1981, con la visita a Cadaqués de los Reyes de España. La imagen de Dalí besando la mano de Doña Sofía mientras Don Juan Carlos les sostenía a él y a Gala dio la vuelta al mundo. Dalí, ciertamente, estaba viejo, pero no paralítico ni senil. Además, aún pintaba: les regaló a sus regios visitantes un cuadro pintado a finales de 1980.

El segundo periodo de oscuridad fue mucho más grave y mucho más largo. Sucedió tras la muerte de Gala, acaecida el 10 de junio de 1982 después de una larga agonía. Dalí pasó más de dos años encerrado en el castillo de Púbol, donde no había entrado jamás en vida de Gala, y parecía que deseaba dejarse morir. Fue un largo calvario de tinieblas para el pintor, que terminó con un accidente que pudo costarle la vida: un cortocircuito en un interruptor que utilizaba constantemente para reclamar la atención de sus cuidadores provocó un incendio en el que Dalí sufrió graves quemaduras. Era el mes de agosto de 1984. Paradójicamente, la inmediatez de la muerte devolvió a Salvador Dalí las ganas de vivir y la cordura. Viviría aún cinco años, hasta el 23 de enero de 1989, siempre en la Torre Galatea de Figueres, junto al museo que lleva su nombre.

La locura màs cuerda!

Pese a que circulaban todo tipo de rumores sobre su estado mental, lo cierto es que volvió a pintar, a escuchar música y a tomarles el pelo a sus ocasionales visitantes, como en los mejores tiempos.

Su amigo y director del Museo Dalí, el pintor de Cadaqués Antoni Pitxot, su chófer y mayordomo y las enfermeras que le cuidaban, entrevistados en su momento por este periodista, el mismo que 15 años antes había presenciado por vez primera la metamorfosis del Dalí íntimo en el Dalí espectáculo, fueron categóricos: Dalí se pasó la vida haciéndose el loco, pero en los momentos previos a su muerte estaba completamente cuerdo...


PERFUMES Y ALGO MÀS:
La marca SALVADOR DALI de perfumes tiene un envase digno de colección y fragancias del tipo floral-oriental . Cada uno de los frascos que componen su línea tanto femenina como masculina es una pequeña obra de arte basada en creaciones artísticas de ese polifacético y gran artista español que fue Salvador Dalí.
Este perfume, LAGUNA, es una muestra de lo que he dicho: un frasco precioso . El envase es el mismo que el del perfume SALVADOR DALI clásico: unos grandes labios (frasco) coronados con una gran naríz (tapa). Para quienes no lo sepan, este diseño es un detalle de la obra de Dalí (1981) “Aparición del rostro de Afrodita de Cnide en un paisaje”. El perfume en sí es una fragancia más bien suave con toques orientales,
bastante perdurable y de un color azul pálido muy bonito que evoca precisamente una plácida laguna. Este perfume tiene ya 10 años en
el mercado.
Cuando el famoso pintor Dalí trabajaba en su cuadro Apparition du Vissage l'Aphrodite de Cnide, en 1981, recibió la visita de unos directivos de Compaigne Française de Commerce Internationale.

Los directivos le pidieron que participara en la creación de un nuevo concepto de fragancia. Este proyecto le encantó al artista, quien utilizó la tela del cuadro que estaba pintando para explicar sus ideas. Tal fue el origen de los Parfums Salvador Dalí, los cuales presentan una gama de más de diez fragancias y están contenidos en frascos muy originales que en sí mismos son una obra de arte.

La primera esencia fue Le Parfum, también conocida como Salvador Dalí, y lanzada en 1985. El bellísimo y sofisticado frasco reproduce la nariz y la boca de la Afrodita de Dalí. Además la pintura priginal que está basada en la estatua de Praxíteles, se reproduce en la caja del perfume.

La fragancia se componía con esencia de rosas porque a Gala, esposa de Dalí, amaba los jardines de rosas, jazmín porque al excéntrico artista le gustaba colocarse uno tras la oreja mientras pintaba.

El plan era que siguiera una fragancia para hombre cuyo frasco mostrara la boca y la barbilla de Afrodita, pero esto tuvo que retrasarse por la muerte de Gala y la consiguiente depresión de Dalí. Cuando en 1989 Dalí muere, la compañía lanzó en su honor la eau de toilette Laguna.

Seguidamente, en 1994 salió en conmemoración del nacimiento de Gala, Dalissime. Su frasco es el pilar corintio con forma de nariz y boca representado en Christamas, el cuadro de Dalí. En 1996 salió Dalimix, perfume unisex, cuyo frasco muestra la barbilla de un hombre y una mujer. Por último, se lanzó Le Roy Soleil (El Rey Sol).

Salvador Dalí es un perfume exquisito y aventurero, tan original y romántico como el pintor. Sus creadores fueron los perfumistas de Givaudan, y entra de la categoría floral oriental. Sus notas altas son verdes y frutales, las medias se componen de rosa, jazmín y azahar; y en las notas bajas encontramos ámbar, madera de cedro, almizcle, vainilla y mirra.

domingo, 4 de octubre de 2009

El fileteado y Buenos Aires













Y pasaba el mioca o el bondi todo fileteado con una frase escrita para su amor, o para cualquier mujer y todos se quedaban mirándolos....hasta que un día desde el municipio de Buenos Aires ahora Gobernacion, sacaron una ley ( de la dictadura militar) que los prohibía porque decían que al mirarlos extasiados los porteños ocasionaban muchos choques....Sin embargo los colectivos resistieron y siguieron igual, ante las primeras multas el fileteado se volvió mas tenue menos notable pero no desapareció, y todavía sigue existiendo en muchos carteles de bares, almacenes no solo de Capital, sino del interior..

En ellos se pintaban la naturaleza,los pajaros y las flores expresan el sentimentalismo del porteño.Las banderas cintas y emblemas su distintivo patriótico.Los dragones tigres y caballos,el ímpetu para encara la vida.Tampoco faltan las imgenes religiosas y las frases agradecidas como aspectos benéficos y protectores.Ídolos populares como Gardel,La virgen de Lujan o paisajes entrañables eran enmarcados por filigranas,arabescos,rosetones,simetrías,cornucopias de la abundancia,iniciales, borlas y esferas.Estaban también las clásicas inscripciones llenas de humor,picardia y sentimiento.
El fileteado con el tango, el mate y el lunfardo se incorporo al folclore urbano y le da identidad a un Buenos Aires de ayer revivido en el presente.

El Fileteado (arte popular de Buenos Aires) y el Tango (música popular y ciudadana por excelencia) vienen emparentados por un mismo signo, ya que nacen de la misma fuente y siguen caminos paralelos.
Fue precisamente una ola migratoria llegada a la Argentina hacia fines del siglo XIX, la que buscó crear formas de expresión que tradujeran sus distintos estados de ánimos, alegrías o tristezas. Esta ola migratoria (esencialmente masculina) originó un intenso trajín de trata de blancas que se denominó "la Ruta de Buenos Aires". Justamente en este medio nace el Tango.
Mientras que el origen del Tango fue marginal, oscuro y pecaminoso (lo que podría explicar el rechazo del Buenos Aires de antaño hacia este género), el Fileteado tuvo sus orígenes en los viejos transportistas de alimentos, enmarcado dentro de un mundo de trabajadores esforzados, de esos que llevan sus tareas de sol a sol. Sin embargo, el rechazo al Fileteado fue mucho más generalizado y duradero que aquel que se opuso al Tango.
El Filetedo nació en una carrocería del Paseo Colón y ha sido muchas veces desechado, olvidado y denigrado. Justamente por eso le ha costado abrirse paso. Por otra parte el Tango, visto como inmoral, ha tenido más suerte en su difusión. Probablemente porque el Tango es el placer de la noche y también porque fue aplaudido en el mundo entero.
En la difusión del Fileteado contribuyó mucho León Untroib, desde su puesto en el Mercado de Anticuarios en la Plaza Dorrego, los domingos. Su labor pedagógica fue fecunda. Y curiosamente son los más jóvenes que volvieron a filetear carros, ya no para carros de mercado, sino para estancias, hoteles campestres y desfiles.
Hoy el Filetedo Porteño y el Tango se reencontraron en portadas de discos y en las carátulas que acompañan a los CDs. Pero también estuvieron presentes en las calles de Buenos Aires, en el diario trajín de los transportes de pasajeros que llevaban su ornamentación y también... ¡la foto de Gardel!...
A pesar de ello el Fileteado Porteño (hoy más difundido y extendido a la web)... sigue más vigente que nunca!




jueves, 1 de octubre de 2009

Los veo Desesperados








Los veo desesperados perder sus trabajos
Los veo desesperados porque los que pierden sus trabajos no los dejan llegar a los que si los tienen
Los veo desesperados apurar una ley para acallar voces, los veo mas desesperados aun a algunos que odian con razón todo lo que significa algunos monopolios de la televisiòn quedar ciegos ante lo que supone esta ley mala como la precedente de la dictadura y apoyarla.
Los veo desesperados a los que bien cobran por mentir, mintiendo desesperadamente por tantas cosas...y siento como el escritor famoso que dijo: no tenemos solución.

Mientras tanto, nadie se acuerda o no se ve lo que esconden bajo la alfombra, todos los que mueren de hambre hoy son el doble de porcentaje.
En la Argentina de hoy parece que no nos enteramos o estamos anestesiados, en el mundo, Francia, Alemania, España salen informes de como se muere de hambre en nuestro país...

Yo los veo, y no encuentro la punta del ovillo para desarmar este nudo.

Kirlyan

Angeles Rojos como vampiros en esta primavera incierta






Sobre la ciudad de una primavera temporal incierta y fría
vampiros nos inundan de discursos con promesas que no cumplirán,
en el mientras tanto, muchos mueren de hambre, y de todas las faltas donde
ninguna mano ha llegado a tenderse.
Deberemos hacer algo más efectivo para cambiar esta rutina mala
que nos dirige a los silenciosos cementerios.

kirlyan